viernes, 8 de abril de 2011

EXPOSICIONES GRUPALES: LA MUJER DE AYER Y DE HOY. INSERCIÓN LABORAL_ 9/03/2011-16/03/2011



Tras la exposición sobre violencia de género, llegaba el turno para adentrarnos en la figura de la mujer. “La mujer de ayer y de hoy. Inserción laboral” es el título que he querido otorgarle a esta entrada, pues con ello pretendo abarcar la temática de las dos exposiciones que tuvieron lugar sobre dicho colectivo.


Las diferencias entre hombres y mujeres no obedecen tan sólo a razones biológicas. El proceso de socialización ha atribuido tradicionalmente roles y papeles diversos tanto para hombres como para mujeres. Así, a los primeros se les vincula con el ámbito público, se potencia su talento y su progreso; a las segundas, se les relaciona con el contexto privado, el doméstico, constreñidas básicamente en su ámbito microsocial. Además, la valoración social que suele realizarse de la esfera privada siempre se ha visto en inferioridad con respecto a la pública, un hecho que ha provocado que la figura femenina pase a un mero ostracismo a lo largo de la historia.


La desigualdad entre unos y otros ha sido patente y las consecuencias que de ello se ha derivado ha resultado objeto de debate, sobre todo en la actualidad. A lo largo de la humanidad se ha venido a justificar esta desigualdad atendiendo a la naturalidad de esta postura que sitúa al hombre en una situación privilegiada frente a la mujer. El que se haya propagado este modelo de socialización ha obedecido a la sociedad en conjunto que a través de diversos agentes socializadores han ayudado a mantener esta situación.


Las compañeras realizaron un breve recorrido a la largo de la historia, y pesar de algunas connotaciones, siempre se ha relegado del papel de la mujer en la sociedad. Así, en la época clásica, en Grecia, éstas no gozaban de derechos civiles ni políticos, y como resultado, se producía su exclusión social. En Roma la situación no difería en demasía, aunque si se aplican mayores derechos sociales sobre éstas.


La edad moderna, es catalogada como la etapa de destape, donde se aprecia un mayor protagonismo femenino, pero no obstante, desempeñaban roles que respondían básicamente al ámbito doméstico. También se aprecia la figura femenina como un mero objeto sexual. La edad contemporánea no ofrece cambios significativos con respecto al periodo anterior, aunque sí se denota que la mujer sale de casa para trabajar, aunque sus funciones no cambian con respecto a las tareas que realiza en su propio hogar: la limpieza, servicio doméstico… eran sus puestos de trabajo.


Actualmente, la situación ha cambiado, pero aún hay un largo camino por recorrer, como analizaremos más tarde. El ámbito laboral fue el principal elemento trabajado durante las exposiciones, por lo que a continuación se tratará con más detenimiento este punto.


Realizando un recorrido histórico por nuestro país a partir de la Constitución de 1978 podemos establecer que a pesar de que formalmente la mujer ha dado pasos agigantados para considerarse igual que el hombre, como así dictamina algunas legislaciones, en la práctica no se traslada esta tendencia. En ella, las mujeres se encuentran con una serie de dificultades que les impiden su autorrealización personal, así como el ser garante de uno de los derechos básicos que nuestra carta magna dictaminó: la igualdad entre todas las personas. La realidad social sigue situando a las mujeres en una posición de desventaja que se traduce en una menor participación en el poder y, por tanto, en la toma de decisiones. Lean el siguiente texto.



Las mujeres sufren mayores tasas de desempleo, están situadas en categorías profesionales inferiores, y sometidas a mayor precariedad, sus salarios son notablemente más bajos, la inactividad laboral, la tasa de abandono del empleo, y la titularidad de excedencias y permisos laborales para asumir responsabilidades familiares es mucho mayor entre la población femenina, las mujeres encuentran importantes dificultades en su promoción profesional, tienen escasa presencia en puestos de dirección empresarial y representación política y en altos cargos de la administración, y lo mismo sucede el mundo de la cultura y de la ciencia Por poner tan sólo algunos ejemplos, el gobierno del partido socialista de 2004 fue el primer gobierno paritario (igual número de ministras que de ministros) y el primer gobierno en el que es vicepresidenta una mujer pero las mujeres prácticamente desaparecen en los sucesivos niveles de poder. En el ámbito de la Administración de justicia aunque en global el número de mujeres es superior al de hombres, de nuevo, su presencia desciende hasta porcentajes ínfimos en los escalones superiores de la magistratura. Según los datos del Instituto de la mujer en 2005 no había ninguna presidenta en los Consejos de Administración de las empresas del IBEX 35 y en 2007 el porcentaje era del 2.86%. Tan sólo el 10.31 % de los miembros totales de las Reales Academias son mujeres, y no ha sido hasta 2008 cuando ha entrado la primera mujer en la Real Academia de Ciencias morales y políticas. Por lo que se refiere al profesorado universitario, en ninguna de las categorías docentes el número de mujeres es mayor al de hombres, y la población femenina ocupaba en 2007 tan sólo el 14% de las Cátedras universitarias.


Fuente: Asignatura “Servicios Sociales Básicos y Especializados”.


Los compañeros que expusieron también revelaron algunos datos significativos que demuestran la situación de desventaja social en la que se encuentran las mujeres, utilizando para ello algunos videos.


El "techo de cristal" fue una de las teorías que mayor protagonismo copó durante el desarrollo de la sesión. Pero ¿Qué es exactamente? Es una especie de techo invisible que impide a la mujer ascender laboralmente, como pueden ver en el siguiente enlace, relacionado con la presencia de féminas en el mundo del arte.


http://www.elpais.com/articulo/cultura/techo/cristal/mundo/arte/elpepucul/20110220elpepucul_2/Tes.


El pasado año en “Estructura social contemporánea de Andalucía” citamos que algunos de los factores que pueden incidir en ello y que imposibilitan la ruptura de este techo invisible son, tanto personales, como es la desigual distribución del reparto de tareas en el ámbito doméstico entre hombres y mujeres, así como institucionales (falta de guarderías) o simbólicos, donde el poder y la autoridad han sido conceptos vinculados estrechamente con el sector masculino.


Como podemos observar, la progresiva llegada de la mujer al mundo laboral no se está produciendo en igualdad de condiciones que los hombres, ¿Dónde es visible esta afirmación? Por ejemplo, en el citado y comentado “techo de cristal”, pero también en las brechas salariales. Os dejo un enlace donde pueden leer como de acuerdo a unos estudios las mujeres tardarán una década en ganar lo mismo que el hombre, y es que la brecha salarial entre ambos sexos aún se sitúa en un 25 %.


http://blogs.elpais.com/mujeres/2011/03/las-espanolas-tardaran-una-decada-en-ganar-lo-mismo-que-los-hombres.html


¿Qué recursos están a disposición de las mujeres para mejorar la situación? Los compañeros hicieron mención al Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) quien a través de algunos servicios realiza actuaciones de acuerdo a algunos aspectos que afectan a la mujer. Entre ellos citar el Servicio de Defensa Legal para hacer frente al acoso laboral o los Planes de Igualdad en Empresas (Igualem) con el fin de hacer efectiva esta condición. Igualmente también atenderemos a las diferentes legislaciones competentes en este tema:


· LEY ORGÁNICA 3/2007, DE 22 DE MARZO, PARA LA IGUALDAD EFECTIVA DE MUJERES Y HOMBRES.


· LEY 12/2007, DE 26 DE NOVIEMBRE, PARA LA PROMOCIÓN DE LA IGUALDAD DE GÉNERO EN ANDALUCÍA.


Tras las sucesivas exposiciones se abrió un debate en cuanto a diferentes aspectos que atañen a este colectivo.


Decía a comienzos de este escrito que la figura femenina siempre ha estado en un segundo plano y hacía referencia al proceso de socialización como uno de los desencadenantes de esta cuestión. Las madres transmitían a sus hijas las tareas que debían desempeñar y cuál era su rol en la sociedad. A ello también ha ayudado la persistencia de sociedades eminentemente machistas donde cualquier mujer que intentara salirse de los márgenes que ésta les imponía, se encontraban con numerosas barreras e incluso podría llegar a ser reprendidas por su actuación. Sin embargo, mucho ha transcurrido desde entonces y aún siguen viéndose tratos discriminatorios del hombre hacia la mujer e incluso, como bien se ha descrito, en diferentes ámbitos aún se minusvalora el papel femenino frente al masculino. ¿a qué se debe esta persistencia en el tiempo?


Aunque hemos constatado un gran avance en busca de la igualdad todavía hay que recorrer un largo camino en el que seremos nosotros, los sectores jóvenes, los que debemos aspirar y reforzar lo que ya se ha empezado. Las bases están cimentadas, es hora de construir sobre ella una sociedad en la que cualquier tipo de discriminación ha de ser desbancada.


El hipervalorado agente socializador de los mass media, también influye en el mantenimiento de estos tratos. Siguiendo esta línea, las compañeras mostraron los avances producidos sobre el papel de la mujer en las películas Disney. Así, desde Blancanieves a Mulán la evolución es visible. De ser una mujer cuya única preocupación es atender a las tareas del hogar a otra en la que sale de casa y se enfrenta a un mundo donde es exclusiva la presencia masculina. A pesar de todo aún seguimos poniéndoles a nuestros pequeños el film de la sirvienta de los siete enanitos, favoreciendo con ello la transmisión de información relevante a un sector donde el proceso de socialización está emergiendo. Pero, ¿lo hacemos conscientemente? Ante esta cuestión, mi respuesta es básicamente NO, hay una cierta tendencia a la normalización en cuanto a considerar que la función de la mujer es estar en casa, no resultándonos extraño ni llamativo que Blancanieves por ejemplo, no trabaje en una oficina, que los enanitos no tengan que hacerse sus cama antes de marcharse a trabajar o que no recogan ni laven los platos después de comer.


Las películas Disney es un mero ejemplo representativo, pero no hay que irse muy lejos. Nuestras series de hoy en día por ejemplo, siempre tienden a tener como protagonista a un joven musculoso, de plante rebelde y chulesco que hace las delicias de otra joven que a pesar de ser, en ocasiones, humilladas por parte de éste no desiste en el intento de rendirse ante sus encantos y mostrarse totalmente entregada a él. ¿Quiénes son principalmente los destinatarios de programas como éste? Sí, es el que están pensando: los jóvenes, sector muy vulnerable a las influencias que puedan derivarse desde la caja tonta o cualquier revista juvenil.


Pero hay algo que nos llama a la esperanza. Los agentes socializadores se mantienen en el tiempo, pero a la vez se transforman. Me explico. La familia, escuela y medios de comunicación siempre coparán protagonismo en el proceso de socialización de un individuo, pero los componentes de estas instituciones se renuevan constantemente. Si éstos han sido los culpables de la situación que ahora viven las mujeres, también desde ellos podemos dar un giro a ésta. Y seremos nosotros ahora los que prediquemos con el ejemplo, transmitamos a nuestros hijos/as que la responsabilidad de las tareas de casa es tanto de unos como de otros, así como el hecho de ver a una mujer de presidenta o de arbitra de un partido de fútbol no debe resultarnos meramente anecdótico. Rompamos entre todos la barrera, invisible pero notoria que nos determina para hombres y mujeres unas tareas, unos modos de comportamientos, unos colores (todavía está muy vigente eso de para niños el azul; para niñas, el rosa)… pero no lo hagamos de boquilla sino que de verdad actuemos en consecuencia. El sector femenino mentalizándose de que es capaz de realizar lo mismo que un hombre; éstos últimos facilitando, a través de actuaciones efectivas que hagan denotar una apuesta firme por cambiar la situación, la consecución de la igualdad entre ambos sexos.


Cuando las legislaciones, recursos, y planes destinados a la igualdad entre hombres y mujeres carezcan de sentido, quizás nos encontremos en ese modelo de sociedad al que debemos aspirar. El camino se torna largo, el no desistir en el intento hará que con el esfuerzo de todos la meta se divise con mayor antelación. No nos desviemos del camino y construyamos conjuntamente una sociedad más igualitaria. Si quisiera resaltar que, cuando hablo de igualdad no me refiero a cambiar el símbolo del semáforo para hacer visible un monigote con faldas o utilizar los conceptos referenciando siempre a ellos y ellas. Personalmente esos aspectos los relego a un segundo plano, la paridad a la cual me ajusto atañe a otros ámbitos tales como igualdad salarial en el desempeño de similares tareas o distribución equitativa de tareas del hogar, no siempre atribuyéndose esta función a la mujer. A partir de estos hechos es cuando realmente podemos hablar de igualdad efectiva.


No quisiera concluir sin hacer referencia al papel destacado que puede tener el educador social en este ámbito. Así, en el IAM puede tener su representación en un departamento específico que trate tareas como asesoramiento y orientación. También se ubicaría en empresas o institutos escolares, gozando del mismo modo de una amplitud de funciones, encaminadas todas ellas a proporcionar ayudas en esta materia para aquellas personas que lo requieran. Llevaría a cabo, a su vez, tareas de sensibilización donde trate de impulsar el lema tan arraigado en nuestra clase de “desaprender lo aprendido”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario