domingo, 9 de enero de 2011

SESIÓN 16/12/2010 -- TEMA 3 (PARTE I)


Durante esta última sesión del año 2010 se procedió a la explicación del tema 3, que analiza y explica los procesos de socialización. A continuación podrán leer un amplio resumen de lo que éste acontece.

Primeramente, antes de sumergirnos en los procesos de socialización propiamente, comentar cómo desde siempre se ha intentado estudiar qué hay de innato en el comportamiento humano y qué de cultural. Ello se ve manifiestado en las siguientes corrientes: innatismo y ambientalismo.

El primero de ellos establece que el comportamiento humano viene determinado en la herencia genética, siendo precisamente el desarrollo de la ciencia de los genes la que más ha contribuido a los argumentos innatistas.

Por contra, el ambientalismo, atribuye al entorno la responsabilidad de la conducta de los individuos. La tabula rasa es la posición más radical dentro de esta consideración, algo que Pinker rechaza al considerar que los individuos no son modelados al antojo de la sociedad. La antropología y la sociología son quienes más han alimentado a esta corriente.

Las consecuencias sociales y educativas de ambos planteamientos son muy diferentes. Vayamos por parte.

A través del innatismo se ha dado justificación a las desigualdades sociales o la superioridad de la raza blanca sobre la negra, con las consecuencias nefastas que ello conlleva. Ha sido también la base de la consideración de la selección natural, del darwnismo social. También ha supuesta una pérdida de responsabilidad del individuo sobre sus actos, así como también contempla la existencia de una predestinación en éstos.

Todo lo descrito hasta entonces responde a la vertiente social, la educativa se resume en lo conocido como pesimismo pedagógico, que supone que no se puede cambiar la conducta del niño a través de la educación, pues la carga genética es quien la determina.

En el caso del ambientalismo, las consecuencias que conlleva son la desresponsabilización de los individuos o lo que se conoce como falacia ecológica, que considera la existencia de una relación entre las características de la sociedad y la de los individuos insertos en él.

Aclarado esto, prosigamos con los procesos de socialización, entendido como el proceso de incorporación de los individuos a la sociedad, estimulando, generando y desarrollando características comunes en la personalidad de los individuos. Fue la sociología funcionalista, que consideraba la idea de interiorizar la realidad social por los individuos como si estos fueron moldeables, la monopolizadora del estudio de éste. Fue fuertemente criticada.

Para el desarrollo de una sociedad y para garantizar su supervivencia, deben existir unos mecanismos de reproducción en el que se vayan incorporando nuevos miembros a la estructura existente o se acuerde el surgimiento de una nueva sociedad. Los mecanismos de los cuales hablamos son: el control social y la adscripción identitaria.

El control social se basa en la necesidad de los individuos de vivir en grupo, de ser aceptado por éste. Si hay una desviación de la norma se generan los mecanismos de control, que pueden ser coercitivos como la expulsión o la violencia física; La adscripción identitaria supone aproximar al individuo a la identidad de la media, compartiendo valores, símbolos y señas de identidad del grupo.

Nos aproximamos de este modo a las teorías del “rol”, definidos como papeles definidos socialmente e interpretados por los individuos. Existe gran expectativas de conductas asociados a ellos. A lo largo de su existencia, el individuo va ejerciendo diferentes roles y todo ello va configurando la personalidad de éste. Hay momentos claves en los que ha de cambiarse de papeles y para ello se lleva a cabo una ritualización, un ritual de paso que en sociedades modernas están perdiendo vigencia. Los objetivos que éste persigue son:

1. El individuo adquiere una identidad nueva.

2. La comunidad en la que se inserta le reconoce ese cambio de rol, modificándose por ende las expectativas que de éste puedan esperarse.

A veces se producen conflictos de rol, cuando un mismo individuo ha de ejercer al mismo tiempo papeles opuestos entre sí. El texto señala el dilema en el ejercicio de roles de los educadores, sobre todo en la diferencia en cuanto a lo que dice y lo que hace éste.

Llegados a este punto distingamos los tipos y fases del proceso de socialización. Ésta dependerá del lugar a ocupar por el individuo en la sociedad, por ello podemos hablar de una socialización diferencial. Las diferencias en los procesos de socialización entre niños y niñas o en función de la edad así lo atestiguan. No obstante, todo ello es más visible en la socialización de clase, donde independientemente del grupo social al que pertenezcas serás socializado de una manera u otra. Así, unos se preparan para el trabajo manual, otros para el intelectual. Del mismo modo la inculcación en valores para la aceptación del orden social también es diferenciada para unos grupos u otros.

Para que se generen identidades comunes es necesario nexos comunes y en ello es donde ha entrado en liza la religión, sobre todo en el pasado. Hoy en día, el patriotismo o el nacionalismo la sustituyen.

Para concluir este epígrafe recordar lo ya plasmado en entradas anteriores en cuanto a las partes del proceso de socialización. Por ello, simplemente aportaré unas pinceladas de ella:

- - Socialización primaria: la primera y la básica. Se da en los primeros años de vida y el papel de afectividad es fundamental. El aprendizaje del lenguaje, la confianza y la seguridad son características de esta etapa.

- - Socialización secundaria: es la incorporación de nuevas instituciones en la vida de los individuos. Disminuye el peso de la afectividad y por tanto los efectos no son tan duraderos.

- - Socialización terciaria: aunque el texto no hace mención específica, ésta se produce cuando el individuo se incorpora a la sociedad después de un periodo de conducta antisocial. Es en este tipo de socialización donde más vamos a intervenir como futuros profesionales de lo social

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